viernes

Llegaste por ejemplo para cantarme las cuarenta o para poner tal cosa en su sitio.
Nos adentramos apenas entre las voces y los bailes y el incesante barullo y parece que siempre termináramos por encontrarnos de una manera o de otra.
Mientras discutimos casi con dulzura parecemos una larga hoja en blanco, todas esas laderas blancas de un invierno que vive solo y crepita.
Nunca te había visto, si te digo la verdad, pero te conozco desde mucho tiempo antes. Y eso tú también lo sabes. Por eso a veces me sonríes como si nada, irónicamente, como si en ese instante de nuestras vidas cruzadas, tus manos hubieran sido las llaves y mis ojos la puerta.
Adentro, el fuego de una chimenea.

martes

Y cuando todo parecía perdido
llegaron las primeras nieves del otoño.
Se fueron las últimas hojas
y el último aliento de fuego
crujió bajo mis pies.
Qué raro me parece todo.
Me reciben en un salón inmenso, de paredes cobrizas, y me entregan un dossier con todas y cada una de las razones para el desembarco. Todos me miran con una tacita de té en la mano.
La razón número ciento seis apela a la necesidad del paréntesis, a respirar pausado y sonreír hasta por la última hoja que arrastró el otoño.
Cada una de las razones me parecen nada. Llevo tus ojos clavados en la retina.
Llegada la hora, me tiro al agua de cabeza y tentando la orilla, me arranco de la piel los papeles, las horas al alba y esa sed recia que me dejó el pasado.

lunes

"Muchos podrían definirla como una mujer espléndida para su edad, pero tanto su porte como la expresión de su rostro denotaban una altanería casi insoportable. Su perfil romano de carnosa barbilla desembocaba en una garganta a modo de columna.Todos sus rasgos me parecieron no sólo infatuados y ensombrecidos sino traspasados por el orgullo, y destacaba especalmente el gesto casi sobrenatural de mantener alzada la barbilla. También me disgustó su mirada severa e implacable (...) tenía una voz suave y engolada, y masticaba las palabras al hablar como si quisiera sentar cátedra; en una palabra: un ser insoportable".

Charlotte Brontë
(fragmento de Jane Eye, Traducción de Carmen Martín Gaite en Alba Editorial)
"El Neolítico no se entiende sin las cabras"
(Anónimo)

martes

Cuándo dejaré de verme ante el abismo:
Encogida por la proximidad de la gran ola
que me arrastra y rodea con sus enormes brazos de gigante
que me devuelve a la playa desdibujada,
desnuda y con el corazón fuera del cuerpo.
-quizá yacente dentro de un nido de tortugas
o aislado en la torre de un castillo de arena-
Cuándo volveré a brindarme serena
con licor de uva y bandejas de luz
en cada recodo de las calles que transito
en mi placentera búsqueda.
Solía encontrarme, a veces, y ser feliz mirando el cielo
tropezando con ojos negros
o escuchando solo para mis oídos esto.
Cuándo.

viernes

Nada en la nevera.
Bueno sí, nubes cargadas de lluvia apostadas a plomo en el centro del cuadrado.
Cada vez que abro la puerta me recuerdan el abismo que es el hambre.
Espero noticias del horizonte.
Espero noticias mías.

lunes

Dragonfly

Soy la libélula en el umbral.
Me resulta inquietante que me llamen refugio.
Yo no tengo puertas, no tengo llaves.
Soy la libélula en el umbral.
Dragonfly in the threshold.
Uneasy.
Always in the threshold.

martes

¿De verdad crees que todas esas palabras
te sacarán los pies del barro?

...
Cause all I ever had
are redemption songs.

Bob Marley & The Wailers – Redemption Song

viernes

Nada en este silencio.
Abajo, en el fondo del océano, sueño con la noticia de tu partida, con los ojos de aquel pez de rayas y el sabor a próspero de los besos acuáticos.
Ojalá brindara alguien por todas estas palabras.
Sin ti. Se las llevaron las horas.

miércoles

Allí estuve sentada toda la noche. Desde esa ventana lo veía todo, incluso a mí misma entre extraños algodones de mercurio y recortes de periódicos del día en que todo desapareció.
Siempre que me fijo en mis manos veo lo mismo, una y otra vez:
un sol radiante.
amor de paredes pintadas.
Puertas.

martes

Estas son las fibras de mi dolor.
Estas las fibras de la ropa que lavé anoche.
Destiñó verde y amarillo en las sábanas.
Tu fibra es el horizonte,
Tus manos robustas y el jardín.
Te quise y me quisiste.
Qué más puedo decirte.

lunes

Sensación de tránsito. Humo en los bolsillos.

"- Estef, Estef! - gritaba desde detrás de la puerta- ¿Por qué no me contestas?!"
Mi boca se abrió para hablar del tiempo
(hay pronóstico de lluvia y bajas presiones)
pero fue la lengua la que quebró los labios
para posarse en mis dedos.

Sabor a ti.
Otro siglo permanecí en silencio.

martes

Huelga decir


DERECHOS.
Torcidos.
DERECHOS.
Memoria.
DERECHOS.
Abuela cocina.
DERECHOS.
Por los que se fueron.
DERECHOS.
Rights.
DERECHOS.
Mujer.
DERECHOS.
Razón.
DERECHOS.
Egalité.
DERECHOS.
Son.



viernes

En la hamaca sentí que me decías
no te escogí porque fueras santo
o con madera de futuro santo
santos he tenido demasiados
te escogí para variar.

Ernesto Cardenal (Granada, Nicaragua, 1925)

miércoles

Versos robados

Ha entrado por la ventana, como si no hubiera puerta, con su cerrojo y todo.
Ha volado por el cuarto y se ha posado en un libro de poemas de Millares Sall y se han escurrido por las juntas de las estanterías unos versos:
"Te digo que no vale meter el sueño azul bajo las sábanas...".
Se ha tomado un café y me ha pedido la hora a la manera británica.
Diez pasadas las dos, le dije.
A lo lejos, en el silencio de los cables del teléfono, recuenta las palabras que pudo robarse:
"sábanas azul te"
y las memorizó a la manera francesa.
Después huyó despavorido, desplumado por tanta belleza.

sábado

Recojo mis cosas a media tarde. Con esta luz tenue y la lluvia tímida en la cornisa separo las fotos y un suave silencio dentro de una caja morada de pino y resina que perteneció a esta casa desde antes de que se construyera. Le falta la tapa y apenas queda espacio libre para las emociones. Tú y yo, a lápiz en una esquina.
A lo lejos se acercan ya las barcas a puerto y los candiles en los recortados mástiles me recuerdan el traqueteo de tu oscilante mirada de niña. El acordeón y los instrumentos descansan lejos, en algún regazo de estudiante de conservatorio quizá.
Y las canciones que suenan aquí se pierden junto a mis pies descalzos en la orilla de la playa negra, que en días tan largos como tu nombre empapan sin reparos esta puerta y esta isla y esta voz.

viernes

No es este el momento. No es este el lugar.
Ni la canción, ni las dos terceras partes de lo que prometen los mapas.
No es esa tu casa ni tu cintura, ni tampoco el papel de cuadrícula azul,
ni la ascensión del cometa desde tus dedos entrelazados.

Pudo haber sido.

lunes

Te prometo que si consigo al fin, desenredarme, correré a buscarte a tu casa, de madrugada, no me importa, para anunciarte la buena nueva y ponerte unas flores en la puerta porque no tengo forma humana de saber si querrás abrirme tu corazón a esas horas y con tu manera de despertar agreste, aún así quisiera contártelo todo, aprisa y con Love and Anger bajito, y sabiendo incluso que tu brillo ilumina otros umbrales, otros soles, otros resquicios del sueño.

Las luces de la ciudad se desploman

sobre arena invisile

sobre las tres lunas

que habitan entre tus rizos.

...

Rompe la noche

en cuanto te das la vuelta

y pides más hielo por favor.

Tus ojos apenas perciben

que yo estaba allí

esperándote

con toda una fábrica de cubitos para colmarte.

Pasado este insomnio

y con el hielo esparcido

por todo el parqué,

bailamos una melodía

absorta

en nuestros labios.

...

Los vecinos han llamado ya a la policía.

Y cuando me toman declaración,

afirmo haber visto la ciudad

rendida

justo debajo de tu pecho.

Me declaran culpable de todos los cargos:

Quebrantamiento del vacío

(de la aurora)

esparcimiento de estrellas

(por tu boca)

allanamiento de morada.

jueves

A la vuelta de la esquina,
una avalancha de palabras metálicas
desordenadas y absueltas
retozan al sol

después de una larga jornada
de pronunciamientos.

Quizá encuentre un oxímoron
para tus ojos.

viernes

- Caramba, -dijo el ratón- el mundo se hace cada día más pequeño. Al principio era tan grande que me daba miedo. Yo corrí y corrí sin parar y me alegré de ver por fin las paredes lejanas a un lado y a otro. Pero esas largas paredes se han estrechado tan deprisa que ya estoy en el último cuarto, y ahí en el rincón está la trampa en la que tengo que meterme.
- Solamente tienes que cambiar la dirección- dijo el gato, y se lo comió.


(Franz Kafka. Praga, 1883- Austria 1924)

miércoles

La isla perdida


Rompe el mar. Rompe cíclico sobre rocas eternas que aparecen y desaparecen ante mis ojos ajados por el salitre y la espuma. Azul, verde, ocre de algas y moluscos, espero la llegada del barco que me llevará de vuelta a América, el continente, y a América, la soñada.
Dos nadadores emergen de las aguas con pulpos y palos.
Dos mujeres y una niña les esperan en los callaos.
Junto a la playa, barcas y aperos de pesca devorados por el óxido y el aliento del mar esperan un deshaucio que nunca llega.
El sol asoma a lo lejos mientras sube la marea.
Cierro los ojos apenas y ya diviso mi barco entre los olores que saturan mis sentidos.
Y siento el ahogo de la pérdida que se aproxima
y busco en la playa un recuerdo inerte que quepa en un bolsillo mientras ya rompe el mar en mi mente,
la espuma baña mi estómago
y baña mis venas de isla divisada,
de isla hundida en el pecho antes que cualquier amor,
antes de que una ola me empujara hacia mi primer soplo de vida.
...
Agrupación Sindical De Educación Y Descanso-Cuadro Canario – Tango Herreño
Calle Sur – Alma Llanera

lunes

Volvíamos de la vendimia.
Recogimos toda la uva que pudimos y la cargamos a la espalda todo el tiempo que fue necesario.
Bajamos desde las cumbres con el viento de cara.
La sal de la costa enfureció mi pelo y me concedió un aspecto de recogedora de moluscos y algas.
- Pareces una loca interesante - me susurraste.
...
¿Cómo puedo aún ruborizarme ante ti al brindar con ese vino?
Su buqué es terriblemente salado
.

viernes

Mi amor se bifurca cuando tus ojos se cruzan en mi camino.

No sabría quererte con estos dedos, pero ellos, ciegos, te buscan.

Todas aquellas canciones, todas las carreteras secundarias y el sabor duro de tu ternura regresan a mí, seas o no tú el pedazo que me falta.

miércoles

Lecturas desde mi Isla


Rodeada de mar por todas partes,
soy isla asida al tallo de los vientos...
Nadie escucha mi voz si rezo o grito:
Puedo volar o hundirme...Puedo, a veces,
morder mi cola en signo de Infinito.
Soy tierra desgajándose...Hay momentos
en que el agua me ciega y acobarda,
en que el agua es la muerte donde floto...
Pero abierta a mareas y a ciclones,
hinco en el mar raíz de pecho roto.

Crezco del mar y muero de él...Me alzo
¡para volverme en nudos desatados...!
¡Me come un mar batido por las alas
de arcángeles sin cielo, naufragados!

Dulce María Loynaz (La Habana, 1902-1997)

lunes

Capas

Esta mañana me desperté exhausta por un sueño. Mi cuerpo estaba formado por miles de capas laminadas a base de materiales como el esparto o el arroz o las hojas de palma.
Cada vez que pasaba un cierto tiempo perdía una capa en un acto de dolor extraño.
En uno de los múltiples espacios vividos dejé atrás una capa de colores de lana de llama, gruesa, tejida a mano y conformada apenas de algunos momentos de amor fugaz antes del adiós, y mucho antes del nuevo amanecer.
También me arranqué con fuerza una capa de hilo metálico que me arañaba la piel en las esquinas y que era yo en un espejo que colgaba de todos los techos, reflejada una y otra vez, como si no tuviera más remedio que ver siempre la misma imagen. Hubo sangre, pero también voló lejos.
Me desperté justo después de quitarme la capa de agua de catarata, que me recorría la espalda como una jauría de besos. Me olía a verde. A lluvia ordenada. A todas las voces que me acompañaron desde el principio, cuando aún andaba de rodillas. Me desperté porque una gota se enganchó a mí. Sin embargo, solo acaricié mis hombros con dulzura y seguí durmiendo.
El sol entra por la ventana y se posa ahora en mi piel.
Desnuda.

jueves

Pequeña muerte

Ha dejado de llover de repente. Toda la humedad abandona mi cuerpo y siento la sed apoderándose de mis juntas, de mis abotargados engranajes.

En la oscuridad que antecede a la tormenta ahuequé mis manos, corrí entre los charcos junto a las aceras palpitantes, lamenté no haber abierto más los labios.

(Como si se pudiera beber más fuerte.)

Después. Ha dejado de llover.

El cielo se abre y desaparezco.

Mi corazón bombea ahora despacio. En un silencio confortable para mi mente se presume a lo lejos una fiesta, luces, una melodía de Coltrane. Me veo allí, brindando con gintonic.

Mientras, aquí, la sed desplaza mi cuerpo y pervivo solo en el vacío.

Desvelada, y con mi piel ya cuarteada, improvisada de sol, me esfumo.

Y todo porque ha dejado de llover.

Y ha sido de repente.

Iregua dejó este regalo a las puertas de Bubangos. Pero no en las que te encuentras junto a la cancela. En las de adentro. De las que no guardo las llaves...

Encontré esa joya en uno de mis viajes a bordo de "El "Destino", un galeón viejo y desvencijado. Las olas lo mecían a su gusto y yo me sentaba a mirar el movimiento de mi "Destino", mientras conversaba con el crujir de las piezas de madera de roble del barco.
No tenía compañía y sin embargo no sentía necesidad de gente a mi alrededor. "El Destino" era especial, y no había embarcación parecida a ella.
Cuando llegué a Puerto Esperanza sentí la terrible sensación del placer de atracar mi galeón durante un tiempo. Junto al muelle había una tasca llena de marineros, todos fuertes y solitarios. Entré allí, mis pasos eran como los de un elefante. Grandes y seguros. Me tomé un Bourbon, sin hielo. Sentí el fuego arañarme la garganta, lo hice despacio. Esos hombres de mar no iban a achantarme. Miré hacia el fondo, allí brillaba una luz, detrás de una cortina vi asomarse unas manos. Una sombra estaba esperándome.
Mi joya es un collar de flores.
Es un suspiro delicado
una orquídea hablando la lengua de las mariposas
el salvaje rugir de las olas cuando hay tormenta
el trueno que no suena
la lluvia en verano.
Es una cena a la luz de las velas,
el misterio de hacer lo inesperado,
ser sin saber quién ni por qué.
Es flotar sobre una nube sin alas
caminar en una barca sobre un volcán,
dar vueltas como la luz del faro en la noche.
Mi joya es un poco de miel en la punta de la lengua
la mirada tras un vaso.
Ella es,
la incógnita.
Mi Joya.
"El Destino" duerme en puerto mientras exploro esta nueva tierra. Esta ciudad desconocida y misteriosa. Lugar de ángeles y demonios. Marineros y pescadores.
Hoy duermo y descanso en Puerto Esperanza. Aquí cuidaré esto que he encontrado.
Por lo menos hasta mañana.

Más en Agua del Iregua

lunes

Más lazos

En respuesta a ti (http://sayak.blogspot.com/)
Nos encontraremos en las escalas de cada travesía. En cada puerto te recibiré con un collar hawaiano de flores de tantos colores que nos reiremos como niñas muy pequeñas. No disponemos de los horarios de este barco, no tiene importancia. Cuando llegas a puerto solo un abrazo y tierra firme bajo las huellas.

sábado

I've Got Life



Ain't got no home, ain't got no shoes
Ain't got no money, ain't got no class
Ain't got no skirts, ain't got no sweater
Ain't got no perfume, ain't got no beer
Ain't got no man
Ain't got no mother, ain't got no culture
Ain't got no friends, ain't got no schooling
Ain't got no love, ain't got no name
Ain't got no ticket, ain't got no token
Ain't got no God
What about God?
Why am I alive anyway?
Yeah, what about God?
Nobody can take away
I got my hair, I got my head
I got my brains, I got my ears
I got my eyes, I got my nose
I got my mouth, I got my smile
I got my tongue, I got my chin
I got my neck, I got my boobs
I got my heart, I got my soul
I got my back, I got my sex
I got my arms, I got my hands
I got my fingers, Got my legs
I got my feet, I got my toes
I got my liver, Got my blood
I've got life , I've got my freedom
I've got the life
And I'm gonna keep it
I've got the life
And nobody's gonna take it away
I've got the life

viernes

Concierto

Una de las obras favoritas de Boo es el Concierto para violín en D Mayor Opus 35 de Pietr Tchaikovsky. Hay una ejecución de la violinista Sarah Chang, una de esas virtuosas asiáticas del nuevo siglo que le deja exhausto, en un estado de pseudo éxtasis ronroneante que percibo apenas a través del desacompasado balanceo de su cola rayada y de rayo.


Le pongo a Tchaikovsky porque le gusta.
Pienso en su afilado esnobismo, en su desprecio por el flamenco y en sus dieciocho horas de sueño diarias y me pregunto que le habrá traído hasta Tchaikovsky.

No encuentro respuestas.
Solo intuyo que Tchaikovsky... también era un gato.

miércoles

Los Complejos


I Complessi (Dino Risi, Italia, 1965) es una película de 3 historias de risa.
Sin pretensiones, pero con ese escandaloso fondo de miserias humanas al que solo el humor es capaz de acceder.
Entre las historias quisiera detenerme en una: Il Dentone, cuyo personaje principal, dotado de una superlativa dentadura, es tiernamente interpretado por Alberto Sordi.
Il Dentone atrapa desde un costumbrismo de doble sentido y da la vuelta al concepto de sentirse acomplejada; habla sobre las dentaduras afiladas e imaginarias de aquellos que ven en el personaje de Sordi la espuria amenaza, la fatal ofensa, el desquite más intolerable de un tipo con desparpajo ante una sociedad caduca, premonitoria, y que solo se viste de esmoquin.

martes

Los peces

" En aquel tiempo los chinos creían que los peces eran almas fugadas. Inmóviles, los miraban hora tras hora. Y si un pez atravesaba su imagen reflejada tenían el convencimiento de que aquel animal era parte de su propio ser. "
Max Aub


Como pez, atravieso hoy otra vez el reflejo y sueño con que al otro lado haya montada una gran fiesta para recibirme. Quiero que suene Stevie Wonder, sugar, y que todos lleven los bolsillos repletos de agua marina. Y si la cosa marcha, a buen ritmo, tendremos incluso tiempo para brindar a la luz de una gran vela armada de pigmentos y fuego, y romperemos al final una piñata madre que contendrá palpitaciones, toc toc toc, y un yo eterno que se desprende de mí antigua para desaparecer en la inmensidad del océano. Para siempre...


lunes

Domingo

No te merece, le dije. Le diste tu corazón y te devolvió hojas de flores de plástico envueltas en un papel raído.

domingo

Palpitaciones

Cada cual tiene sus deseos. El mío sería ver luciérnagas.
Por ejemplo.
También tengo anhelos. Y un gato. Y una cesta de frutas. Y una ventana.
¿Por qué te habrá dado por saludar con un pañuelo?
Iluminados por luciérnagas, en realidad todos parecen lo mismo.

martes

Lazos

El chapuzón en el lago. Ver como nos alineamos, como un sistema solar. También buscamos una sombra común debajo de un arbusto y brindamos con vino.
Usos y costumbres, los mamíferos necesitan cubrirse las espaldas, con protección frente a los rayos Uva o contra una mala caída. Y ahí estamos, en nuestro ecosistema, poniendo pajitas, montando el nido.
Nada Surf – Enjoy the Silence

viernes

Bubangos

Regreso de este largo viaje.
No sé cuánto tiempo estaré en casa esta vez. Cada vez que regreso me encuentro la mesa puesta, un jarrón con flores recogidas esta mañana y todo ese amor que emana como una gran fuente de luz desde el fondo de la cocina.
The Coral – Butterfly House

Octubre 2006


27.10.06


Jane en su interior
Según Jane Goodall, los chimpancés son capaces de desarrollar herramientas sencillas y sistemas básicos de comunicación, como por ejemplo, indicar a otros chimpancés que necesitan que le rasquen en un lugar determinado de la espalda. 
Pero lo que de verdad me fascina de esta afirmación es la propia Jane Goodall, que lleva más de 40 años sumergida en las selvas de Tanzanaria haciendo por la conservación de las especies algo más que un puñado de artículos revolucionarios de ciencia. 
En este momento estoy viendo a Jane Goodall con 27 años observando a un chimpancé, y en otra imagen de la National Geographic, a Jane Goodall observando con la misma curiosidad a otro o al mismo chimpancé, solo que 35 años después. La imagen solo se diferencia en sus tonalidades de color. Las sensaciones de Jane permanecen inalterables. Su rostro, su brillo también. No me da tiempo a reparar en su pelo ahora blanco. Pero pueden imaginarlo rubio. 
Cuando Jane Goodall observa a un chimpancé lo hace con una admiración genuina, como a quien se le ha revelado Billy Wilder, o quien contempla por vez primera la tierra desde la Luna. Personalmente creo que es porque en el fondo de su esencia, Jane Goodall sabe a ciencia cierta que ella misma es esencialmente un chimpancé. Esa revelación conforma su camino y la máxima representación de sí misma. Por eso su imagen me embelesa y cautiva todos y cada uno de mis sentidos; porque a través de la foto de la revista o de la imagen en la televisión, a Jane Goodall es posible tocarla y mirarla por dentro justo al punto exacto donde se manifiesta el ser transparente y puro que simplemente es. 
En ella, el reflejo que queda a su paso, es el de un pequeño chimpancé.

23.10.06


El misterio del coche en el garaje

Guardo mi pequeño coche en un garaje donde otras personas guardan otros coches, no necesariamente pequeños. Veo siempre a los coches, pero nunca veo a las personas. El otro día sufrí un tremendo sobresalto. El Smart de la plaza llamada "Suárez 24" había desaparecido. Siempre había estado allí. Desde siempre sin duda.
Me pregunto si la persona que lo conduce tenía una vida tan organizada y ajustada a los transportes públicos como para no mover jamás al Smart. Tampoco es que sea un coche de autopista, y por tanto, tampoco era usado para largos viajes. 
Concluí que debía de tratarse de una persona solitaria, o quizá egoísta (lo siento, en mi coche solo cabemos dos). No quise indagar más sobre las aristas del terrible acontecimiento que había podido desencadenar una desenlace tan violento: una ruptura emocional, un despido improcedente y el regreso a otra ciudad. O quizá, digámoslo claro, el fin de la utilidad del utilitario llegó con su venta premeditada.
Quizá el responsable empezó a salir con un/a ecologista. El smart blanco fue la primera víctima en ese supuesto.
Es probable que mis indagaciones estén demasiado inspiradas por la tragedia y el apego visual por aquel diminuto vehículo que nadaba desangelado en medio de aquella plaza ocupada en una cuarta parte, con su culo respingón y sus faros de perro San Bernardo. Espero que les vaya bien. 
Ahora cada mañana sigo entrando en ese sótano lleno de sombras de gentes que jamás he visto, pero que es bastante probable que existan. Porque en eso consiste la vida en la gran ciudad. En mera teoría. En mera suposición.

19.10.06


La música y la vida

La música explota desde el alma y puede alcanzar cotas inexploradas que las palabras apenas alcanzan.
Todos estos músicos, poco a poco y a medida que la energía aumenta desde el interior, van dejando caer en el centro del pecho un mensaje infinito de belleza. 

En este caso, el homenaje que Bruce Springsteen hace a las composiciones de Pete Seeger, el folkman de los que no tienen voz, proyecta una fuerza instintivamente básica de la comunidad universal de gentes que abrazan la vida como si fuera una gran fiesta.

Septiembre 2006


22.9.06


El día que descubrí la muerte
Descubrí la muerte el día que Omayra Sánchez pereció bajo los lodos del volcán Nevado del Ruiz, en Colombia. 
Era el año 1985, pero eso solo lo sé porque he buscado en internet. 
He llevado siempre la cara de Omayra en la retina infantil que todavía conservo. La entrevistaban en la televisión: no la podían sacar del lodo de su propia casa, como tampoco podían sacar al país del lodo de sus tragedias.
Sé que se apellidaba Sánchez porque he buscado en internet. Puedo evocar no obstante la furia del volcán y la belleza del paisaje. Omayra, que tenía 12 años, utilizaba esa exquisita educación del usted de los colombianos para explicar los detalles de su propia muerte anunciada. 
Sabía que se moriría, y preparó a todo el mundo para el momento con extrema delicadeza.Y fue entonces cuando descubrí la muerte en su máxima expresión de dignidad y consciencia: Yo, que había nacido también entre volcanes, perdía por primera vez a un ser querido; aunque este fuera virtual.
Cuando al cabo de los días me contaron que se murió, sentí una enorme contrariedad: la muerte tenía un rostro cuajado de hermosura caribe, una voz y palabras dulces. Descubrí que valía tanto como la vida misma, que se manifestaba con igual vehemencia y que volvería a encontrarme con ella a lo largo de todo el camino.

20.9.06


Veo doble
Vivo constantemente dos realidades. Una por fuera y otra por dentro. El mundo aparente, el exterior, y el mundo interior, el que circula dentro de mi cabeza. Siempre estoy sumida en ensoñaciones de todo tipo: fantasías, supuestos, creaciones... Afuera rebotan ecos de una minúscula porción.Ya cuando era pequeña esa dualidad existía. Se fue acentuando, hasta alcanzar su máxima expresión a los 8 años, cuando terminé por despreciar mi realidad externa para volcarme totalmente en el mundo interior, manejando desde dentro lo de fuera como quien maneja el mando del videojuego.Algunas porciones de la realidad exterior fueron interiorizadas. La realidad interior es tiránica, porque lo que no existe se crea y punto. A las 8 años ya daba más valor a la ficción literaria que a la realidad. Entre otras cosas porque la realidad era aburrida y coherente. Así que intercalaba la realidad con ficción a la carta. Llegué a creer que los lagartos de V rondaban la casa de mi abuela y que habían adoptado la disimulada forma de los desagradables vecinos de la finca de abajo.Me pasaba el día resolviendo misterios, como en Los Cinco(Enid Blyton) o en Puck (Lisbeth Werner). Monté una banda de rock. Yo era la batería, pero también me hacía cargo del resto de instrumentos sin que estuvieran allí. La batería era real. Después me inventé amigos y amantes, y con los años simplemente adapté los reales a los designios de mi imaginación. Eso tengo que decirlo en honor a estas dos verdades.

Esa dualidad permanece hoy en día y cada vez va a peor.
Aunque existe una tercera realida. Pero de eso no voy a dar detalles en un blog.

15.9.06


Historias prohibidas 
Hace un tiempo, Salsa me prestó un libro, "Las historias prohibidas de Marta Veneranda" (Sonia Rivera Valdés, Nueva York, 2001). Leerlo fue como mirar a través de la mirilla de una puerta los detalles de un inmenso secreto. Eso sí, era una mirilla de objetivo telescópico, capaz de precisar las pasiones más desestabilizantes por puras y porque se presentan como confesiones de los propios protagonistas, completamente expuestos ante su propio desmantelamiento de códigos emocionales.Toda la gente que conozco tiene una historia prohibida que contar. No todos me la han contado, pero están latentes. Yo he contado varias veces las mías, a varias personas diferentes que a su vez puede ser que confesaran las suyas. Da placer saber que todos estamos rodeados de historias salvajes que nos desvinculan de la cotidianeidad y de la imagen construida. Cuando una historia prohibida se descorcha, la imaginación se llena de burbujas y los ojos de un brillo oscuro y sensual. Abres entonces tu propio libro de entrevistas, te conviertes enMarta Veneranda y empiezas a dar forma al increíble relato de la vida fielmente vivida.

14.9.06


Series
Soy rehén de series de televisión. Llevo unos añitos secretamente pegada a la caja o al DVD para ver perlas de pequeño cine comprimido como HouseMujeres DesesperadasPerdidosQueer as Folk y, sobre todo, A dos metros bajo tierra. Ocasionalmente he flirteado también conEl Ala Oeste de la Casa Blanca, y me han recomendado echar un ojo a las sátiras deThe Office y Padre de Familia. Pero tengo que dosificarme.

Siempre ha habido televisión, y series de culto. Pero solo evoco en la lejanía los ecos geniales de Doctor en Alaska La Familia Monster. Nada comparable con la magnitud de las obras de la cadena HBOpor ejemplo.
Hay quien ve las temporadas completas en sesiones plenipotenciaras, llenas de ritualidad y gozo poderoso. La ocasión lo merece.Pronto llegará a mis manos el desenlace final de A dos metros bajo tierra, para mí, la mejor de todas, por retratar con un brillo clarificador la vida misma, y la muerte misma, tan naturales como indisociables. Los guiones, prácticamente perfectos, la construcción de personajes y la infinita imaginación que envuelve las situaciones me hacen disfrutar hasta extremos insospechados.
Infinidad de veces apagas la tele para iniciar una interesante conversación. Otras veces, apagas una tórrida conversación para empezar un apasionante episodio.

11.9.06


La verdad absoluta
El sacerdote de la boda del sábado dedicó a los contrayentes una reflexión católica sobre lo acertado de confirmar su unión por ese rito. Puse atención durante todo el discurso, y quedé realmente fascinada con lo parecido que resultaba al diálogo mantenido entre Naphta, el jesuita proto-estalinista de "La montaña mágica" (Thomas Mann, 1924) y Hans Castorp en una de sus luchas dialécticas anti y pro humanistas. Lo había leído hacía escasas horas. 
La reflexión en el púlpito no empezaba mal: el amor no tiene por qué ser eterno. Sorpresivamente, continuaba argumentando que existen inversiones a muy bajo interés que te garantizan ciertas "mejorías". Esto es, certificar dicho amor en el altar. Ejem: en el suyo, claro. Esto podría ser razonable, teniendo en cuenta el pensamiento y espíritu de los novios, pero.... la argumentación carecía de ese matiz librepensador, místico o quizá budista que hubiera conferido dignidad al orador, independientemente de su religión. No. El argumento se encaminaba mas bien al "si no inviertes aquí, estás destinado al fuego fatuo y la perdición". A vivir en pecado, en la desorientación. En definitiva, el ser humano no debe tener tiempo para su propia espiritualidad. Debe apenas firmar la carta en la trastienda de la iglesia de turno y del resto ya se encarga el Obispado. Triste.
Este marketing promocional basa en el miedo y en el mensaje unidireccional toda su estrategia. Me recuerda al "las prestaciones de seguridad de mi marca de vehículos garantiza como ninguna otra tu superviviencia en carretera". ¿Quiero esto decir que mi pequeño Ford es pues un pasaporte hacia el abismo?. ¿Y en qué lugar queda mi forma de conducir como garante de mi seguridad? ¿Y el estado de la vía, y lo que es más crítico, mi estado de ánimo?.
Ahí arriba, en los púlpitos, todo debe contemplarse diferente. Según Naphta, solo a través del terror encontrará forma un nuevo orden para la humanidad. Thomas Mann escribió su obra maestra, oráculo del pensamiento y los horrores del Siglo XX, observando el devenir de los púlpitos de Europa, los religiosos y los políticos. ¿Existe propiedad de espíritu en el mundo actual, o solo una sucesión infinita de púlpitos que venden la verdad absoluta a precio de saldo? 
Quizá debería dejar de leer obras tan complejas y profundas. Quizá no debería ir a más bodas.

7.9.06



El día que murió Copito de Nieve
En el número de Julio de National Geographic viene un fantástico reportaje sobre los osos panda gigantes. Cuentan que en China murió el año pasado uno de los osos panda más veteranos. No recuerdo su nombre. Sus exequias fueron mutitudinarias, y miles de chinos se acercaron a dar su último adiós al gran mamífero.Durante las vacaciones visité el Loro Parque (Tenerife) porque desde la última vez que estuve han incluido nuevas especies y atractivos. No soy muy aficionada a la cría de animales en cautividad para exposición ociosa, pero el Loro Parque lo considero una excepción, por razones que no tengo tiempo de explicar ahora.El caso es que miles de seres humanos se emocionaban ante el espectáculo de belleza salvaje de las orcas, los delfines y los gorilas. La pureza de los animales me enmudece, y no creo que ningún político catalán, por hablar de alguna otra especie, reciba los homenajes públicos que se rindieron a Copito de Nieve el día de su despedida del Zoo de Barcelona.
El día que murió Copito de Nieve no hubo toscos oportunistas de la especie de los buitres para arrimar el hombro en la foto. No hubo ratones catódicos de los que husmearon en los restos de la folclórica. Ni hubo manifestantes anti sistema y anti todo. El día que murió Copito de Nieve se dijo que Barcelona había perdido una parte que no se podía explicar, como quien pierde el recuerdo de un olor de la infancia, o una sonrisa futiva en el andén del metro.El día que murió Copito de Nieve, y el Oso Panda gigante, o el día que murió Rocco, el pastor alemán junto al que me crié, se siente una energía inexplicable que se desprende del suelo, irracional, como ellos, aunque mucho más pura que gran parte de la que gira a nuestro alrededor.

5.9.06


Salir del armario
Me estremezco con el Concierto nº3 para piano de Rachmaninov, una de las obras de más difícil ejecución jamás compuestas. Un paseo laberíntico por una estepa de pasión y nostalgia. Mencionarlo, como mencionar que soy secreta aficionada a la colección de rarezas del soul-funk-latin de los 70, da para conversaciones enriquecedoras. En la Gran Manzana peregriné incluso a las Calles 52 y 53, donde antaño se encontraban los míticos estudios de la Fania, batidora de sonidos brillantes por donde dejaron su estela desde Tito Puente Celia Cruz, a BarrettoLavoeBobo y esa concentración de genio salsero y boogalooniano que fue la mítica Fania All Stars.Pero cada dos por tres me reconozco saliendo del armario y afrontando caras de estupor disimuladas mientras confirmo que yo también mantengo el dial, en la intimidad de mi coche, mientras suenaShakira, por ejemplo, ese vendaval del ritmo que se cocina su propia salsa, y que es al pop latino lo que Michael Jackson (Quincy Jones mediante) al pop mundial: un antes y un después, tan discutible como indudable. Hips don´t lie.
¿Qué conmueve más: el Big o el Bang? Lo masivo o lo exclusivo? O ambas cosas... : The Beatles. ¿Merece lo intrascendente la categoría de evocador y emotivo? En este mundo de usar y tirar se genera basura, pero también la basura se recicla y da origen a nuevas formas de arte... ¿Qué ocurre si evoco la Barbacoa, de Georgie Dann, y me produce ternura infantil, aun a sabiendas de que se trata de canciones-churro? ¿Estoy dando una patada a mi criterio, o simplemente he dado al gusto el gusto de abandonar las ataduras antisistema para lanzarme por el camino de la amargura? Tengo el corazón partío....