viernes

Concierto

Una de las obras favoritas de Boo es el Concierto para violín en D Mayor Opus 35 de Pietr Tchaikovsky. Hay una ejecución de la violinista Sarah Chang, una de esas virtuosas asiáticas del nuevo siglo que le deja exhausto, en un estado de pseudo éxtasis ronroneante que percibo apenas a través del desacompasado balanceo de su cola rayada y de rayo.


Le pongo a Tchaikovsky porque le gusta.
Pienso en su afilado esnobismo, en su desprecio por el flamenco y en sus dieciocho horas de sueño diarias y me pregunto que le habrá traído hasta Tchaikovsky.

No encuentro respuestas.
Solo intuyo que Tchaikovsky... también era un gato.

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