viernes

Junio 2006


30.6.06


El origen del Mundo

"... En la antigua Roma encuentra su origen la palabra "mundo" (mundus). El mundus era originariamente un pozo, el centro simbólico de un rito de hermanamiento entre la gente que ingresaba en la nueva comunidad. Cada uno llevaba un puñado de tierra de su lugar de origen y lo arrajaba en el pozo..."
(Cito: National Geographic Magazine. Julio, 2006)

29.6.06


Medianeras 
Una de las mejores películas que he visto este año no sigue los cauces habituales que imagino para descubrir pequeñas joyas: se trata de un cortometraje, y lo vi por casualidad y en la televisión (Premio Mejor Corto Latinoamericano del programa Versión Española). No me considero especialmente aficionada al género, pero esta pequeña perla de 20 minutos me cautivó y emocionó tanto como Brokeback MountainCrashVolver o Agua.
Medianeras (Gustavo Taretto, Argentina, 2004) propone una mirada sobre los entornos urbanos como parte indivisible de nosotros mismos, y nosotros como creadores y modificadores de ese mismo entorno que desgastamos, generando una apasionante simbiosis entre uno y otro a través de los sentimientos de los protagonistas.
Las ciudades, con la arquitectura como sistema nervioso central, la tecnología, la soledad que la acompaña, la búsqueda y los distintos estados del alma como vehículo arterial dan como resultado lo que para mí es una historia tejida puntada a puntada, hasta completar un círculo hermoso. Recomiendo fervientemente esta minúscula obra de arte, Medianeras, que todavía me sacude los cimientos.

26.6.06


Paradoja del consumo
He decidido comprar unas palomitas para verEl Código Da Vinci. No esperaba mucho de la peli, así que decidí comer para completar mi ración de entretenimiento de domingo. Acudo a la barra y solicito una ración de palomitas pequeñas, las más pequeñas que tuvieran. Su precio: 2,10 euros. ¿Algo de beber? Pues sí, venga, dame una coca cola. ¿Sabes que por 10 céntimos más te llevas las palomitas medianas y la coca cola mediana? Me parece muy bien, pero no quiero, gracias, no me place el cargamento de palomitas ni aspiro a elevarme a las alturas con la coca cola...Es entonces cuando el empleado de la cadena de cines me mira espantado. No entiende mi lógica, porque mi lógica desprecia la oferta. ¿Qué más da que no tenga hambre? Pues tiro las palomitas que sobren a la salida, mientras pongo a caldo la cinta que acabo de ver. Estoy loca y es evidente. 
Estoy ahora en una afamada tienda de ropa interior cambiando un regalo. El coste del regalo es de 19 euros, pero mi artículo de cambio solo cuesta 17,95. La joven de la caja, azorada por el bailde de cifras, me invita, me suplica que busque algo que complete la cuenta: "lo que sea".... De repente me veo ahí, en medio de ese enorme pasillo de sujetadores, bragas y complementos en busca del objeto que culmine la compra exitosamente para todos. Elijo unos calcetines de oferta (en junio madrileño). La joven de la caja pide ayuda inmediata a otra joven de probadores: debido a las rebajas, aún no alcanzo el precio del regalo. En un esfuerzo diplomático les conmino a quedarse con lo que sobra, que me da igual, que deseo abandonar en ese momento el establecimiento del disneyworld del tanga. Asustadas, intentan descodificar mi propuesta, pero ésta no tiene sentido, no cuadra con los deseos del consumidor experto. 
El consumo tiene esas paradojas viles, y otras aún más descabelladas, como la ley de la oferta y la demanda, la ley del suelo o los chiquiprecios.Recomiendo una lectura amena como pocas, alejada en apariencia de esta reflexión filosófica: "El Gobernador", de Miguel Sousa Tavares, una obra afamada en Portugal y apenas reconocida en estas tierras, sobre las últimas colonias portuguesas, las formas de la esclavitud y la belleza de un mundo que va más allá del centro comercial.

19.6.06


El bubango perdido
Todo este tiempo he estado currando sin freno, y eso no tiene perdón para los bloggers amigos.
La última vez que inicié un post inacabado me dio por la sinestesia, una extraña enfermedad que deriva en la confusión de los sentidos: oír los sabores, ver los olores, percibir el tacto del paisaje... Leí una entrevista a Aphex Twin, que es sinestésico, y entonces comprendí que en el lado lumínico del universo la sinestesia toca el alma de músicos o literatos, y en el lado pacato, la de los políticos, por ejemplo, que ven la cara de sota de los pueblos ante sus debates y escuchan músicas celestiales.
El viernes estaré en Metrorock, deleitándome con los Franz Ferdinand, Dios mediante, y esta noche pienso ver el España-Túnez, porque me he enganchado al Mundial y me sumerjo así en los designios de las marcas deportivas para este verano, perdiendo el sentido crítico, cual medio de Sogecable en esta legislatura... Por cierto, la realidad de eventos como el Mundial, se expresa en toda su magnitud de la mano de Injusticas Cósmicas.
Pero qué quieres que te diga, estoy de curro hasta las orejas para pagarme una buena vida, y estas aficiones más este post sinestésico con olor a viento pasajero, es todo lo que mi neurona puede aportar.
Mañana, igual.... más. Pero no prometo nada.

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