sábado

I've Got Life



Ain't got no home, ain't got no shoes
Ain't got no money, ain't got no class
Ain't got no skirts, ain't got no sweater
Ain't got no perfume, ain't got no beer
Ain't got no man
Ain't got no mother, ain't got no culture
Ain't got no friends, ain't got no schooling
Ain't got no love, ain't got no name
Ain't got no ticket, ain't got no token
Ain't got no God
What about God?
Why am I alive anyway?
Yeah, what about God?
Nobody can take away
I got my hair, I got my head
I got my brains, I got my ears
I got my eyes, I got my nose
I got my mouth, I got my smile
I got my tongue, I got my chin
I got my neck, I got my boobs
I got my heart, I got my soul
I got my back, I got my sex
I got my arms, I got my hands
I got my fingers, Got my legs
I got my feet, I got my toes
I got my liver, Got my blood
I've got life , I've got my freedom
I've got the life
And I'm gonna keep it
I've got the life
And nobody's gonna take it away
I've got the life

viernes

Concierto

Una de las obras favoritas de Boo es el Concierto para violín en D Mayor Opus 35 de Pietr Tchaikovsky. Hay una ejecución de la violinista Sarah Chang, una de esas virtuosas asiáticas del nuevo siglo que le deja exhausto, en un estado de pseudo éxtasis ronroneante que percibo apenas a través del desacompasado balanceo de su cola rayada y de rayo.


Le pongo a Tchaikovsky porque le gusta.
Pienso en su afilado esnobismo, en su desprecio por el flamenco y en sus dieciocho horas de sueño diarias y me pregunto que le habrá traído hasta Tchaikovsky.

No encuentro respuestas.
Solo intuyo que Tchaikovsky... también era un gato.

miércoles

Los Complejos


I Complessi (Dino Risi, Italia, 1965) es una película de 3 historias de risa.
Sin pretensiones, pero con ese escandaloso fondo de miserias humanas al que solo el humor es capaz de acceder.
Entre las historias quisiera detenerme en una: Il Dentone, cuyo personaje principal, dotado de una superlativa dentadura, es tiernamente interpretado por Alberto Sordi.
Il Dentone atrapa desde un costumbrismo de doble sentido y da la vuelta al concepto de sentirse acomplejada; habla sobre las dentaduras afiladas e imaginarias de aquellos que ven en el personaje de Sordi la espuria amenaza, la fatal ofensa, el desquite más intolerable de un tipo con desparpajo ante una sociedad caduca, premonitoria, y que solo se viste de esmoquin.

martes

Los peces

" En aquel tiempo los chinos creían que los peces eran almas fugadas. Inmóviles, los miraban hora tras hora. Y si un pez atravesaba su imagen reflejada tenían el convencimiento de que aquel animal era parte de su propio ser. "
Max Aub


Como pez, atravieso hoy otra vez el reflejo y sueño con que al otro lado haya montada una gran fiesta para recibirme. Quiero que suene Stevie Wonder, sugar, y que todos lleven los bolsillos repletos de agua marina. Y si la cosa marcha, a buen ritmo, tendremos incluso tiempo para brindar a la luz de una gran vela armada de pigmentos y fuego, y romperemos al final una piñata madre que contendrá palpitaciones, toc toc toc, y un yo eterno que se desprende de mí antigua para desaparecer en la inmensidad del océano. Para siempre...


lunes

Domingo

No te merece, le dije. Le diste tu corazón y te devolvió hojas de flores de plástico envueltas en un papel raído.

domingo

Palpitaciones

Cada cual tiene sus deseos. El mío sería ver luciérnagas.
Por ejemplo.
También tengo anhelos. Y un gato. Y una cesta de frutas. Y una ventana.
¿Por qué te habrá dado por saludar con un pañuelo?
Iluminados por luciérnagas, en realidad todos parecen lo mismo.

martes

Lazos

El chapuzón en el lago. Ver como nos alineamos, como un sistema solar. También buscamos una sombra común debajo de un arbusto y brindamos con vino.
Usos y costumbres, los mamíferos necesitan cubrirse las espaldas, con protección frente a los rayos Uva o contra una mala caída. Y ahí estamos, en nuestro ecosistema, poniendo pajitas, montando el nido.
Nada Surf – Enjoy the Silence

viernes

Bubangos

Regreso de este largo viaje.
No sé cuánto tiempo estaré en casa esta vez. Cada vez que regreso me encuentro la mesa puesta, un jarrón con flores recogidas esta mañana y todo ese amor que emana como una gran fuente de luz desde el fondo de la cocina.
The Coral – Butterfly House

Octubre 2006


27.10.06


Jane en su interior
Según Jane Goodall, los chimpancés son capaces de desarrollar herramientas sencillas y sistemas básicos de comunicación, como por ejemplo, indicar a otros chimpancés que necesitan que le rasquen en un lugar determinado de la espalda. 
Pero lo que de verdad me fascina de esta afirmación es la propia Jane Goodall, que lleva más de 40 años sumergida en las selvas de Tanzanaria haciendo por la conservación de las especies algo más que un puñado de artículos revolucionarios de ciencia. 
En este momento estoy viendo a Jane Goodall con 27 años observando a un chimpancé, y en otra imagen de la National Geographic, a Jane Goodall observando con la misma curiosidad a otro o al mismo chimpancé, solo que 35 años después. La imagen solo se diferencia en sus tonalidades de color. Las sensaciones de Jane permanecen inalterables. Su rostro, su brillo también. No me da tiempo a reparar en su pelo ahora blanco. Pero pueden imaginarlo rubio. 
Cuando Jane Goodall observa a un chimpancé lo hace con una admiración genuina, como a quien se le ha revelado Billy Wilder, o quien contempla por vez primera la tierra desde la Luna. Personalmente creo que es porque en el fondo de su esencia, Jane Goodall sabe a ciencia cierta que ella misma es esencialmente un chimpancé. Esa revelación conforma su camino y la máxima representación de sí misma. Por eso su imagen me embelesa y cautiva todos y cada uno de mis sentidos; porque a través de la foto de la revista o de la imagen en la televisión, a Jane Goodall es posible tocarla y mirarla por dentro justo al punto exacto donde se manifiesta el ser transparente y puro que simplemente es. 
En ella, el reflejo que queda a su paso, es el de un pequeño chimpancé.

23.10.06


El misterio del coche en el garaje

Guardo mi pequeño coche en un garaje donde otras personas guardan otros coches, no necesariamente pequeños. Veo siempre a los coches, pero nunca veo a las personas. El otro día sufrí un tremendo sobresalto. El Smart de la plaza llamada "Suárez 24" había desaparecido. Siempre había estado allí. Desde siempre sin duda.
Me pregunto si la persona que lo conduce tenía una vida tan organizada y ajustada a los transportes públicos como para no mover jamás al Smart. Tampoco es que sea un coche de autopista, y por tanto, tampoco era usado para largos viajes. 
Concluí que debía de tratarse de una persona solitaria, o quizá egoísta (lo siento, en mi coche solo cabemos dos). No quise indagar más sobre las aristas del terrible acontecimiento que había podido desencadenar una desenlace tan violento: una ruptura emocional, un despido improcedente y el regreso a otra ciudad. O quizá, digámoslo claro, el fin de la utilidad del utilitario llegó con su venta premeditada.
Quizá el responsable empezó a salir con un/a ecologista. El smart blanco fue la primera víctima en ese supuesto.
Es probable que mis indagaciones estén demasiado inspiradas por la tragedia y el apego visual por aquel diminuto vehículo que nadaba desangelado en medio de aquella plaza ocupada en una cuarta parte, con su culo respingón y sus faros de perro San Bernardo. Espero que les vaya bien. 
Ahora cada mañana sigo entrando en ese sótano lleno de sombras de gentes que jamás he visto, pero que es bastante probable que existan. Porque en eso consiste la vida en la gran ciudad. En mera teoría. En mera suposición.

19.10.06


La música y la vida

La música explota desde el alma y puede alcanzar cotas inexploradas que las palabras apenas alcanzan.
Todos estos músicos, poco a poco y a medida que la energía aumenta desde el interior, van dejando caer en el centro del pecho un mensaje infinito de belleza. 

En este caso, el homenaje que Bruce Springsteen hace a las composiciones de Pete Seeger, el folkman de los que no tienen voz, proyecta una fuerza instintivamente básica de la comunidad universal de gentes que abrazan la vida como si fuera una gran fiesta.

Septiembre 2006


22.9.06


El día que descubrí la muerte
Descubrí la muerte el día que Omayra Sánchez pereció bajo los lodos del volcán Nevado del Ruiz, en Colombia. 
Era el año 1985, pero eso solo lo sé porque he buscado en internet. 
He llevado siempre la cara de Omayra en la retina infantil que todavía conservo. La entrevistaban en la televisión: no la podían sacar del lodo de su propia casa, como tampoco podían sacar al país del lodo de sus tragedias.
Sé que se apellidaba Sánchez porque he buscado en internet. Puedo evocar no obstante la furia del volcán y la belleza del paisaje. Omayra, que tenía 12 años, utilizaba esa exquisita educación del usted de los colombianos para explicar los detalles de su propia muerte anunciada. 
Sabía que se moriría, y preparó a todo el mundo para el momento con extrema delicadeza.Y fue entonces cuando descubrí la muerte en su máxima expresión de dignidad y consciencia: Yo, que había nacido también entre volcanes, perdía por primera vez a un ser querido; aunque este fuera virtual.
Cuando al cabo de los días me contaron que se murió, sentí una enorme contrariedad: la muerte tenía un rostro cuajado de hermosura caribe, una voz y palabras dulces. Descubrí que valía tanto como la vida misma, que se manifestaba con igual vehemencia y que volvería a encontrarme con ella a lo largo de todo el camino.

20.9.06


Veo doble
Vivo constantemente dos realidades. Una por fuera y otra por dentro. El mundo aparente, el exterior, y el mundo interior, el que circula dentro de mi cabeza. Siempre estoy sumida en ensoñaciones de todo tipo: fantasías, supuestos, creaciones... Afuera rebotan ecos de una minúscula porción.Ya cuando era pequeña esa dualidad existía. Se fue acentuando, hasta alcanzar su máxima expresión a los 8 años, cuando terminé por despreciar mi realidad externa para volcarme totalmente en el mundo interior, manejando desde dentro lo de fuera como quien maneja el mando del videojuego.Algunas porciones de la realidad exterior fueron interiorizadas. La realidad interior es tiránica, porque lo que no existe se crea y punto. A las 8 años ya daba más valor a la ficción literaria que a la realidad. Entre otras cosas porque la realidad era aburrida y coherente. Así que intercalaba la realidad con ficción a la carta. Llegué a creer que los lagartos de V rondaban la casa de mi abuela y que habían adoptado la disimulada forma de los desagradables vecinos de la finca de abajo.Me pasaba el día resolviendo misterios, como en Los Cinco(Enid Blyton) o en Puck (Lisbeth Werner). Monté una banda de rock. Yo era la batería, pero también me hacía cargo del resto de instrumentos sin que estuvieran allí. La batería era real. Después me inventé amigos y amantes, y con los años simplemente adapté los reales a los designios de mi imaginación. Eso tengo que decirlo en honor a estas dos verdades.

Esa dualidad permanece hoy en día y cada vez va a peor.
Aunque existe una tercera realida. Pero de eso no voy a dar detalles en un blog.

15.9.06


Historias prohibidas 
Hace un tiempo, Salsa me prestó un libro, "Las historias prohibidas de Marta Veneranda" (Sonia Rivera Valdés, Nueva York, 2001). Leerlo fue como mirar a través de la mirilla de una puerta los detalles de un inmenso secreto. Eso sí, era una mirilla de objetivo telescópico, capaz de precisar las pasiones más desestabilizantes por puras y porque se presentan como confesiones de los propios protagonistas, completamente expuestos ante su propio desmantelamiento de códigos emocionales.Toda la gente que conozco tiene una historia prohibida que contar. No todos me la han contado, pero están latentes. Yo he contado varias veces las mías, a varias personas diferentes que a su vez puede ser que confesaran las suyas. Da placer saber que todos estamos rodeados de historias salvajes que nos desvinculan de la cotidianeidad y de la imagen construida. Cuando una historia prohibida se descorcha, la imaginación se llena de burbujas y los ojos de un brillo oscuro y sensual. Abres entonces tu propio libro de entrevistas, te conviertes enMarta Veneranda y empiezas a dar forma al increíble relato de la vida fielmente vivida.

14.9.06


Series
Soy rehén de series de televisión. Llevo unos añitos secretamente pegada a la caja o al DVD para ver perlas de pequeño cine comprimido como HouseMujeres DesesperadasPerdidosQueer as Folk y, sobre todo, A dos metros bajo tierra. Ocasionalmente he flirteado también conEl Ala Oeste de la Casa Blanca, y me han recomendado echar un ojo a las sátiras deThe Office y Padre de Familia. Pero tengo que dosificarme.

Siempre ha habido televisión, y series de culto. Pero solo evoco en la lejanía los ecos geniales de Doctor en Alaska La Familia Monster. Nada comparable con la magnitud de las obras de la cadena HBOpor ejemplo.
Hay quien ve las temporadas completas en sesiones plenipotenciaras, llenas de ritualidad y gozo poderoso. La ocasión lo merece.Pronto llegará a mis manos el desenlace final de A dos metros bajo tierra, para mí, la mejor de todas, por retratar con un brillo clarificador la vida misma, y la muerte misma, tan naturales como indisociables. Los guiones, prácticamente perfectos, la construcción de personajes y la infinita imaginación que envuelve las situaciones me hacen disfrutar hasta extremos insospechados.
Infinidad de veces apagas la tele para iniciar una interesante conversación. Otras veces, apagas una tórrida conversación para empezar un apasionante episodio.

11.9.06


La verdad absoluta
El sacerdote de la boda del sábado dedicó a los contrayentes una reflexión católica sobre lo acertado de confirmar su unión por ese rito. Puse atención durante todo el discurso, y quedé realmente fascinada con lo parecido que resultaba al diálogo mantenido entre Naphta, el jesuita proto-estalinista de "La montaña mágica" (Thomas Mann, 1924) y Hans Castorp en una de sus luchas dialécticas anti y pro humanistas. Lo había leído hacía escasas horas. 
La reflexión en el púlpito no empezaba mal: el amor no tiene por qué ser eterno. Sorpresivamente, continuaba argumentando que existen inversiones a muy bajo interés que te garantizan ciertas "mejorías". Esto es, certificar dicho amor en el altar. Ejem: en el suyo, claro. Esto podría ser razonable, teniendo en cuenta el pensamiento y espíritu de los novios, pero.... la argumentación carecía de ese matiz librepensador, místico o quizá budista que hubiera conferido dignidad al orador, independientemente de su religión. No. El argumento se encaminaba mas bien al "si no inviertes aquí, estás destinado al fuego fatuo y la perdición". A vivir en pecado, en la desorientación. En definitiva, el ser humano no debe tener tiempo para su propia espiritualidad. Debe apenas firmar la carta en la trastienda de la iglesia de turno y del resto ya se encarga el Obispado. Triste.
Este marketing promocional basa en el miedo y en el mensaje unidireccional toda su estrategia. Me recuerda al "las prestaciones de seguridad de mi marca de vehículos garantiza como ninguna otra tu superviviencia en carretera". ¿Quiero esto decir que mi pequeño Ford es pues un pasaporte hacia el abismo?. ¿Y en qué lugar queda mi forma de conducir como garante de mi seguridad? ¿Y el estado de la vía, y lo que es más crítico, mi estado de ánimo?.
Ahí arriba, en los púlpitos, todo debe contemplarse diferente. Según Naphta, solo a través del terror encontrará forma un nuevo orden para la humanidad. Thomas Mann escribió su obra maestra, oráculo del pensamiento y los horrores del Siglo XX, observando el devenir de los púlpitos de Europa, los religiosos y los políticos. ¿Existe propiedad de espíritu en el mundo actual, o solo una sucesión infinita de púlpitos que venden la verdad absoluta a precio de saldo? 
Quizá debería dejar de leer obras tan complejas y profundas. Quizá no debería ir a más bodas.

7.9.06



El día que murió Copito de Nieve
En el número de Julio de National Geographic viene un fantástico reportaje sobre los osos panda gigantes. Cuentan que en China murió el año pasado uno de los osos panda más veteranos. No recuerdo su nombre. Sus exequias fueron mutitudinarias, y miles de chinos se acercaron a dar su último adiós al gran mamífero.Durante las vacaciones visité el Loro Parque (Tenerife) porque desde la última vez que estuve han incluido nuevas especies y atractivos. No soy muy aficionada a la cría de animales en cautividad para exposición ociosa, pero el Loro Parque lo considero una excepción, por razones que no tengo tiempo de explicar ahora.El caso es que miles de seres humanos se emocionaban ante el espectáculo de belleza salvaje de las orcas, los delfines y los gorilas. La pureza de los animales me enmudece, y no creo que ningún político catalán, por hablar de alguna otra especie, reciba los homenajes públicos que se rindieron a Copito de Nieve el día de su despedida del Zoo de Barcelona.
El día que murió Copito de Nieve no hubo toscos oportunistas de la especie de los buitres para arrimar el hombro en la foto. No hubo ratones catódicos de los que husmearon en los restos de la folclórica. Ni hubo manifestantes anti sistema y anti todo. El día que murió Copito de Nieve se dijo que Barcelona había perdido una parte que no se podía explicar, como quien pierde el recuerdo de un olor de la infancia, o una sonrisa futiva en el andén del metro.El día que murió Copito de Nieve, y el Oso Panda gigante, o el día que murió Rocco, el pastor alemán junto al que me crié, se siente una energía inexplicable que se desprende del suelo, irracional, como ellos, aunque mucho más pura que gran parte de la que gira a nuestro alrededor.

5.9.06


Salir del armario
Me estremezco con el Concierto nº3 para piano de Rachmaninov, una de las obras de más difícil ejecución jamás compuestas. Un paseo laberíntico por una estepa de pasión y nostalgia. Mencionarlo, como mencionar que soy secreta aficionada a la colección de rarezas del soul-funk-latin de los 70, da para conversaciones enriquecedoras. En la Gran Manzana peregriné incluso a las Calles 52 y 53, donde antaño se encontraban los míticos estudios de la Fania, batidora de sonidos brillantes por donde dejaron su estela desde Tito Puente Celia Cruz, a BarrettoLavoeBobo y esa concentración de genio salsero y boogalooniano que fue la mítica Fania All Stars.Pero cada dos por tres me reconozco saliendo del armario y afrontando caras de estupor disimuladas mientras confirmo que yo también mantengo el dial, en la intimidad de mi coche, mientras suenaShakira, por ejemplo, ese vendaval del ritmo que se cocina su propia salsa, y que es al pop latino lo que Michael Jackson (Quincy Jones mediante) al pop mundial: un antes y un después, tan discutible como indudable. Hips don´t lie.
¿Qué conmueve más: el Big o el Bang? Lo masivo o lo exclusivo? O ambas cosas... : The Beatles. ¿Merece lo intrascendente la categoría de evocador y emotivo? En este mundo de usar y tirar se genera basura, pero también la basura se recicla y da origen a nuevas formas de arte... ¿Qué ocurre si evoco la Barbacoa, de Georgie Dann, y me produce ternura infantil, aun a sabiendas de que se trata de canciones-churro? ¿Estoy dando una patada a mi criterio, o simplemente he dado al gusto el gusto de abandonar las ataduras antisistema para lanzarme por el camino de la amargura? Tengo el corazón partío....

Julio 2006


25.7.06


La Trampa
Leo en un blog de El Mundo el post de una persona presumiblemente musulmana que critica la actitud racista de "los madrileños" hacia "los musulmanes", así como el desconocimiento de su cultura. Para apoyar sus argumentos críticos, aduce que "los madrileños" prefieren a "los sudamericanos" a la hora de alquilar sus viviendas, argumentando que esta preferencia se apoya en el desconocimiento de la cultura a la que ella pertenece. Pero aquí no acaba. Añade no comprender cómo es posible esta preferencia teniendo en cuenta que "los sudamericanos" son: ruidosos, les encanta el alcohol y manifestarse alcoholizados en la calle; son sucios en los espacios públicos... Los sudamericanos.

Algunos días después escucho el buzón de Siglo XXI (Radio 3), donde la gente escupe sus odios, fobias y pasiones. Una joven presumiblemente sudamericana, colombiana de presumible bagaje cultural, afirma odiar a "los españoles" porque "los españoles" la odiana ella por ser "inmigrante" y afirma tener que que estar "siempre" justificando su espacio. Sentencia que no puede comprender una cultura que desprecia la vida de los animales y que basa parte de sus manifestaciones festivas en dicho maltrato. Dijo que le daba asco y que odiaba a "los españoles". Llamaba desde Madrid, y era quizá de Medellín, cuna de toreros históricos y sede de uno de los mayores tendidos del mundo. Quizá haya para ella una explicación que data de hace 500 años.
La intolerancia puede no solo alcanzar dimensiones descomunales. Puede manifestarse sin límite de odio, aplastando todo raciocinio. El caldo de cultivo lo vemos a diario, lo tenemos aquí, en estas líneas sin ir más lejos, ya que me veo obligada a desmarcarme del comentario odioso por presumiblemente ser "española". Me veo inmersa consecuentemente en la gran espiral racial, luchando por no caer en el saco de los que tiran la cabra del campanario y clavan banderillas.
Yo clavo banderillas sobre la colombiana que a su vez es odiada por la musulmana por proalcohólica callejera y que a su vez es odiada por los gitanos que apalean a unos gays en una piscina municipal, y unos gays que....
La trampa está tendida.

Junio 2006


30.6.06


El origen del Mundo

"... En la antigua Roma encuentra su origen la palabra "mundo" (mundus). El mundus era originariamente un pozo, el centro simbólico de un rito de hermanamiento entre la gente que ingresaba en la nueva comunidad. Cada uno llevaba un puñado de tierra de su lugar de origen y lo arrajaba en el pozo..."
(Cito: National Geographic Magazine. Julio, 2006)

29.6.06


Medianeras 
Una de las mejores películas que he visto este año no sigue los cauces habituales que imagino para descubrir pequeñas joyas: se trata de un cortometraje, y lo vi por casualidad y en la televisión (Premio Mejor Corto Latinoamericano del programa Versión Española). No me considero especialmente aficionada al género, pero esta pequeña perla de 20 minutos me cautivó y emocionó tanto como Brokeback MountainCrashVolver o Agua.
Medianeras (Gustavo Taretto, Argentina, 2004) propone una mirada sobre los entornos urbanos como parte indivisible de nosotros mismos, y nosotros como creadores y modificadores de ese mismo entorno que desgastamos, generando una apasionante simbiosis entre uno y otro a través de los sentimientos de los protagonistas.
Las ciudades, con la arquitectura como sistema nervioso central, la tecnología, la soledad que la acompaña, la búsqueda y los distintos estados del alma como vehículo arterial dan como resultado lo que para mí es una historia tejida puntada a puntada, hasta completar un círculo hermoso. Recomiendo fervientemente esta minúscula obra de arte, Medianeras, que todavía me sacude los cimientos.

26.6.06


Paradoja del consumo
He decidido comprar unas palomitas para verEl Código Da Vinci. No esperaba mucho de la peli, así que decidí comer para completar mi ración de entretenimiento de domingo. Acudo a la barra y solicito una ración de palomitas pequeñas, las más pequeñas que tuvieran. Su precio: 2,10 euros. ¿Algo de beber? Pues sí, venga, dame una coca cola. ¿Sabes que por 10 céntimos más te llevas las palomitas medianas y la coca cola mediana? Me parece muy bien, pero no quiero, gracias, no me place el cargamento de palomitas ni aspiro a elevarme a las alturas con la coca cola...Es entonces cuando el empleado de la cadena de cines me mira espantado. No entiende mi lógica, porque mi lógica desprecia la oferta. ¿Qué más da que no tenga hambre? Pues tiro las palomitas que sobren a la salida, mientras pongo a caldo la cinta que acabo de ver. Estoy loca y es evidente. 
Estoy ahora en una afamada tienda de ropa interior cambiando un regalo. El coste del regalo es de 19 euros, pero mi artículo de cambio solo cuesta 17,95. La joven de la caja, azorada por el bailde de cifras, me invita, me suplica que busque algo que complete la cuenta: "lo que sea".... De repente me veo ahí, en medio de ese enorme pasillo de sujetadores, bragas y complementos en busca del objeto que culmine la compra exitosamente para todos. Elijo unos calcetines de oferta (en junio madrileño). La joven de la caja pide ayuda inmediata a otra joven de probadores: debido a las rebajas, aún no alcanzo el precio del regalo. En un esfuerzo diplomático les conmino a quedarse con lo que sobra, que me da igual, que deseo abandonar en ese momento el establecimiento del disneyworld del tanga. Asustadas, intentan descodificar mi propuesta, pero ésta no tiene sentido, no cuadra con los deseos del consumidor experto. 
El consumo tiene esas paradojas viles, y otras aún más descabelladas, como la ley de la oferta y la demanda, la ley del suelo o los chiquiprecios.Recomiendo una lectura amena como pocas, alejada en apariencia de esta reflexión filosófica: "El Gobernador", de Miguel Sousa Tavares, una obra afamada en Portugal y apenas reconocida en estas tierras, sobre las últimas colonias portuguesas, las formas de la esclavitud y la belleza de un mundo que va más allá del centro comercial.

19.6.06


El bubango perdido
Todo este tiempo he estado currando sin freno, y eso no tiene perdón para los bloggers amigos.
La última vez que inicié un post inacabado me dio por la sinestesia, una extraña enfermedad que deriva en la confusión de los sentidos: oír los sabores, ver los olores, percibir el tacto del paisaje... Leí una entrevista a Aphex Twin, que es sinestésico, y entonces comprendí que en el lado lumínico del universo la sinestesia toca el alma de músicos o literatos, y en el lado pacato, la de los políticos, por ejemplo, que ven la cara de sota de los pueblos ante sus debates y escuchan músicas celestiales.
El viernes estaré en Metrorock, deleitándome con los Franz Ferdinand, Dios mediante, y esta noche pienso ver el España-Túnez, porque me he enganchado al Mundial y me sumerjo así en los designios de las marcas deportivas para este verano, perdiendo el sentido crítico, cual medio de Sogecable en esta legislatura... Por cierto, la realidad de eventos como el Mundial, se expresa en toda su magnitud de la mano de Injusticas Cósmicas.
Pero qué quieres que te diga, estoy de curro hasta las orejas para pagarme una buena vida, y estas aficiones más este post sinestésico con olor a viento pasajero, es todo lo que mi neurona puede aportar.
Mañana, igual.... más. Pero no prometo nada.

Mayo 2006


11.5.06


Bob Marley
(11 de mayo de 1981 - 11 de mayo de 2006. 25 años después, la leyenda y la música continúan.) 

Preacherman, don't tell me,
Heaven is under the earth.
I know you don't know 
What life is really worth.
It's not all that glitters is gold;
Alf the story has never been told:
So now you see the light, eh!
Stand up for your rights. Come on!
Get up, stand up: stand up for your rights
!

Abril 2006


27.4.06


El loro Pepo y el inacabable viaje de regreso a MacondoÉrase una vez esta mañana que he leído en la prensa la que sin duda es la noticia más tierna y pintoresca que me ha llegado en los últimos meses. Se trata de las peripecias de unloro argentino llamado Pepo, objeto de una controversia sentimental entre dos familias que se disputaron su estiloso plumaje. Pepo estuvo retenido en comisaría hasta que confesó quién le limpiaba la jaula y alimentaba con pipas de girasol de primera.
Además, cuenta la nota de EFE que según el que se ha probado como su auténtico dueño, Pepo es capaz de cantar el himno del equipo de fútbol de San Lorenzo, lo que en Argentina probablemente convierte al bello alado de esta historia en mucho más que en simple ave tropical de jaula. Pepo debía conocer las ventajas de hacerse hincha por el pico porque se llevó a los policías al huerto y se convirtió en el rey de la comisaría. Pena no poder llevar también los colores del San Lorenzo en las plumas.

Pepo ama la música, y aficiona a cantar Zapatos Rotos desde su soleado patio de Buenos Aires.
Lo que nadie sabe es que Pepo no pertenece a estas familias, ni a la selva amazónica, sino que es un secreto furtivo de un cuento de Gabriel García Márquez, quizá de la colección de la "La increíble y triste historia de la Cándida Eréndira y de su abuela desalmada" o de "El coronel no tiene quien le escriba". 
Muchas veces me despierto una mañana ansiosa, como si yo fuera Ferina Daza y Florentino Ariza me persiguiera por amor en los tiempos del cólera, con mi cama convertida en hamaca caribeña, deseando que toda la saga de los Buendía me prepare el desayuno inundando de luz y magia el cuarto.
Y hoy, qué curioso, me levanté y apareció el color de Pepo, que se le escapó a García Márquez de la pluma, y di gracias a los dioses por esa historia.

-
Se lo llevaron a la fuerza -gritó-. 
Les dije que el gallo no saldría de esta casa mientras yo estuviera viva. El coronel amarró el gallo al soporte de la hornilla. Cambió el agua al tarro, perseguido por la voz frenética de la mujer. 
-Dijeron que se lo llevarían por encima de nuestros cadáveres -dijo-. Dijeron que el gallo no era nuestro, sino de todo el pueblo. 
Sólo cuando terminó con el gallo el coronel se enfrentó al rostro trastornado de su mujer. Descubrió sin asombro que no le producía remordimiento ni compasión. 
-Hicieron bien -dijo calmadamente. Y luego, registrándose los bolsillos, agregó, con una especie de insondable dulzura-: El gallo no se vende. 
(Fragmento de "El coronel no tiene quien le escriba". Gabriel García Márquez)

20.4.06


El cocheDurante la Semana Santa estuve en la carretera, visitando Castilla, que es ancha, como estrechas son las autopistas. En éstas, en las autopistas y carreteras secundarias de los hermosos paisajes de la Alcarria, vi cosas que no se ven ni dentro de la inquietante película de StevenSpielberg "El diablo sobre ruedas": vi adelantar entre dos coches para pasar al tercer carril, vi y no vi bólidos circulando a mínimo 200 km hora. Calculo haber visto más de 40 acciones muy peligrosas.
No tengo una opinión muy formada sobre el suicidio y su penalización, aunque sí sobre el asesinato, y lo impunes que quedan los viles hidalgos de la carretera castellana. Menos campañas y más acción. He escuchado que en Francia se aplica una técnica muy controvertida: parar al suicida sobre ruedas y aplicarle un correctivo basado en una breve visita a una cabina donde durante 15 minutos charla con una víctima de las imprudencias de otros.


Pero más allá de esta denuncia, confieso que algunos de los mejores viajes que he hecho han sido en coche y lo recomiendo como una fantástica forma de descubrir nuestro entorno.Por cierto, aprovecho para recomendar las Hoces del Río Dulce, en Guadalajara, y os conmino a disfrutar de las fantásticas fotos de El Hierro que publica Barraquito. Todo un placer.

3.4.06


Marbellas
Igual es cosa mía, pero, ¿por qué será que cuando veo Marbella veo Playa de Las Américas y Los Cristianos, en Tenerife y veo Maspalomas y Playa el Inglés, enGran Canaria?.Tanto monta, monta tanto.
Cuando otros ven Marbella me cuentan que ven Murcia, y esa imagen del espanto que es La Manga del Mar Menor. Otros ven Mallorca y otros Alicante y todos juntos vemos cientos de campos de golf superpuestos al spot de ahorro de agua del Canal de Isabel II.
Hay tantas Marbellas. Puedes olerlas, como ese trozo de queso que cobra vida en la nevera y que con los días adopta la forma de un monstruo informe que nadie quiere retirar. Porque la mierda huele, aunque se tape con 5 estrellas. 
Lo que más me ha impactado de este caso no es lo que se ha perdido para siempre en nuestras costas, ni los tigres que se confunden con las alfombras de palacetes kitsch, ni esa maraña pseudo-política con liposucción que trinca y maneja a pie de playa.
Me impacta la imagen del Juez Torres, de 35 años, el tipo de pulso firme y discreto que está al frente de todo el guateque malayo. ¿Es quizá esa, al fin y al cabo, la única imagen para la esperanza?