lunes

Volvíamos de la vendimia.
Recogimos toda la uva que pudimos y la cargamos a la espalda todo el tiempo que fue necesario.
Bajamos desde las cumbres con el viento de cara.
La sal de la costa enfureció mi pelo y me concedió un aspecto de recogedora de moluscos y algas.
- Pareces una loca interesante - me susurraste.
...
¿Cómo puedo aún ruborizarme ante ti al brindar con ese vino?
Su buqué es terriblemente salado
.

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